Una ruta cervecera por Lovaina

Una ruta cervecera por Lovaina

Tras mostrarte hace unos meses todos los atractivos que hacen de Lovaina un destino imprescindible en la región de Flandes, hoy quiero hacer hincapié en una de sus principales señas de identidad: su arraigada cultura cervecera. Y es que su pasión por la cerveza define tanto a esta ciudad como puede hacerlo su carácter universitario, su rico patrimonio histórico-artístico y el ambiente estudiantil que se respira en sus calles. Para ello he diseñado una pequeña ruta cervecera que espero te anime a visitar esta pequeña joya flamenca, situada a tan solo 20 minutos en tren desde Bruselas.

Fonske, el Ayuntamiento y la Iglesia de San Pedro. Lovaina

Pero antes pongámonos en situación y recordemos que estamos en Bélgica, un país que gracias a sus más de seiscientas variedades de cerveza se ha convertido en un cita más que obligada para los amantes del zumo de cebada. Sabor, carácter y variedad son las grandes bazas de la cerveza belga que toma forma en infinitas presentaciones: cerveza trapense, cerveza Lambic, Gueuze, negra, blanca, de chocolate, de frambuesa… Pintjes de todo tipo, graduaciones, colores y texturas que nunca defraudan a quien las prueba.

Lovaina, capital de la cerveza

Que uno de los eslóganes de Lovaina sea Leuven, the place to be(er) ya nos pone sobre la pista de que los lovanienses se toman su cerveza realmente en serio. No es de extrañar tendiendo en cuenta que su encantadora y vitalista ciudad ostenta el título de capital de la cerveza y que pocos lugares pueden presumir de tener una tradición tan centenaria como Lovaina. ¿Un ejemplo? Durante la Edad Media su elaboración casera ya era un oficio organizado.

En el siglo XX, más de treinta fábricas permanecían activas y aunque hoy en día la mayoría han desaparecido, esta refrescante bebida sigue siendo en Lovaina un próspero negocio que sacia la sed de los locales y atrae viajeros a partes iguales. Iniciamos la ruta.

Cartel de uno de los bares de la Oude Markt. Lovaina

La fábrica de Stella Artois

Nada más bajar de la estación de tren, es posible que te sorprenda un agradable aroma a malta. Proviene de la cercana fábrica de AB InBev -la mayor cervecera del mundo- donde se elabora la cerveza más típica de Lovaina, la mítica Stella Artois.

La historia de Stella Artois está íntimamente ligada al devenir de Lovaina. Como nos recuerda su logotipo, esta cervecería se fundó en 1366. Fue bajo el nombre de Den Hoorn y en 1537 ya se había convertido en la empresa más importante de toda la ciudad. Más tarde, en 1708, Sebastian Artois se convirtió en su maestro cervecero y poco después pudo comprar la cervecería y ponerle su apellido. Finalmente, en 1928 se creó una versión especial para Navidad que incluyó el nombre de Stella en su denominación. Su éxito fue tal que a partir de ese momento decidieron comercializarla durante todo el año.

En la actualidad, la visita a esta factoría (Vuurkruisenlaan, 4) es una apetecible peregrinación para los devotos de la más popular de las bebidas belgas. Aunque hay diferentes tipos de recorridos, el más habitual es el denominado classic tour. Tiene una duración aproximada de una hora y finaliza, como no podría ser de otra manera, degustando una Stella Artois. Su precio: 8,5€. 

Cervecería Domus 

En pleno centro histórico, muy cerca del magnífico Ayuntamiento, encontrarás la fábrica de  cerveza artesanal Domus. Toda ruta cervecera que se precie tiene que hacer aquí un alto en el camino aquí para probar la Nostra Domus, una deliciosa cerveza ambarina, y la Con Domus, una lager sin filtrar. Durante el invierno, coincidiendo con las fiestas de Navidad, Domus fabrica la Nen Engel, una cerveza negra de sabor agridulce.

Cervecería Domus. Lovaina

Las cervezas artesanales de Domus. Lovaina

Aparte de sus famosas cervezas, lo que convierte a Domus en una cervecería única es que la cerveza fluye directamente de la fábrica al surtidor de la taberna adyacente a través de una tubería. ¡Más fresca y natural imposible! Podrás comprobarlo si te apuntas a las visitas guiadas que realizan bajo petición para visitar sus instalaciones y conocer el proceso de fabricación paso a paso (10€).

Visita a la fábrica de Domus. Lovaina

Aunque la experiencia de tomarte una cerveza directamente de fábrica ya es motivo más que suficiente para dejarte caer por la taberna de esta cervecería, te aconsejo que si tu visita coincide con la hora de comer o cenar pruebes algunas de sus especialidades como el estofado de ternera que preparan con la Nostra Domus o su sabroso solomillo acompañado de las patatas fritas. El ambiente es muy agradable y los precios de la carta son asequibles. (Tiensestraat, 8. Lunes cerrado).

Probando algunas especialidades de la cervecería Domus. Lovaina

The Capital

No sé si, como afirman en su web, The Capital tiene la selección de cervezas más grande del mundo, pero lo que está claro es que las cifras que se manejan en esta cervecería situada en plena Grote Mark son impresionantes: 3000 cervezas. 2500 de origen belga. Encontrar sitio aquí es bastante complicado porque siempre está muy concurrido. Si consigues alcanzar la barra, descubrirás más de 20 grifos esperándote. El resto de cervezas, como podrás ver a través de las placas de cristal del suelo, las guardan en la bodega del piso inferior y las suben con un elevador industrial. ¿Una curiosidad? Si te apetece picar algo, debes saber que la oferta gastronómica corre a cargo de un chef español. Tapas nacionales y cervezas belgas. ¿Qué más se puede pedir? (Grote Markt, 14).

The Capital. Lovaina

La barra de The Capital. Lovaina

La bodega de The Capital. Lovaina

Oude Markt

Aunque hay muchos más bares y cafés en los que degustar una exquisita cerveza como De Blauwe Kater, Fiere Margriet o De Metafoor, sin olvidar los fakbars (bares que llevan las asociaciones de estudiantes), este itinerario estaría incompleto sin mencionar la Oude Markt.

Esta plaza que los locales presentan como «el bar más largo del mundo» no conoce apenas horarios ni nacionalidades. Sobre todo los jueves, el día de fiesta por excelencia de los estudiantes en Lovaina. Pero no solo los discípulos de Erasmo de Rotterdam se reúnen aquí, también es el punto de encuentro de muchos lovanienses, especialmente cuando el tiempo acompaña y resulta imposible resistirse a la tentación de saborear una cerveza en alguna de sus terrazas. Y es que, salvo por una escuela superior y dos farmacias, toda la plaza esta copada por casi 40 cafés y restaurantes.

Oude Markt. Lovaina

Terrazas de la Oude Markt. Lovaina

Zythos Bier Festival, el festival de la cerveza

Zythos Beer Festival

Aunque cualquier momento del año es bueno para visitar Lovaina y saborear sus magníficas cervezas, el último fin de semana de abril es especial ya que se celebra el Festival Zythos de la Cerveza. En este evento, que ya ha alcanzado fama internacional, se dan cita un centenar de cerveceros belgas dispuestos a calmar la sed de los asistentes con más de 500 tipos de cervezas. Nuevas, grandes clásicos y exclusivas, servidas en pequeños vasos de 15 cl. Esta gran fiesta, cuyo objetivo es dar a conocer la cerveza belga, se celebrará este año los días 26 y 27 de abril en el Brabanthal de Lovaina. La entrada es libre y hay un servicio de transporte gratuito desde la estación de Lovaina.

Informado quedas. Si eres un incondicional de la cerveza, tu próximo destino debería ser Lovaina. Yo ya te he servido en bandeja los mejores rincones donde esta bebida es la gran protagonista. Solo me resta desearte buen viaje y … ¡Salud!

Nota: Este post forma parte de mi viaje a Flandes, organizado por Turismo de Bélgica: Flandes y Bruselas en España, Visit Flanders, Turismo de Lovaina y Turismo de Brujas.

Más información:

Lovaina capital de la cerveza

Oficina de Turismo de Bélgica: Flandes y Bruselas

Estambul, acabo de volver y ya te echo de menos

Estambul, acabo de volver y ya te echo de menos

Espectacular. Esta es la palabra que llevo repitiendo desde que aterricé en Madrid hace tres días. Siempre que me preguntan qué me ha parecido Estambul esa es la respuesta. Espectacular.

Antes de ponerme a escribir este artículo con mis primeras impresiones sobre Estambul, he releído mi anterior entrada. Una maleta cargada de sueños que en su mayoría se convirtieron en realidades, en momentos únicos que me acompañarán toda la vida. Este viaje ha sido el inicio de una historia de amor que, como intuía antes de partir, no ha acabado en un adiós sino en un hasta la vista. Si esto fuera una carta abierta a Estambul, después del saludo inicial vendría un profundo y sentido «acabo de volver a Madrid y ya te echo de menos».

Puente Gálata. Estambul

Los cinco días completos que a priori tal vez parecían demasiados se han quedado cortos. Volaron como las gaviotas sobre el Puente Gálata. 14 horas al día a una media de casi 6 kilómetros caminando dan para mucho. Mezquitas, museos, bazares, miradores, paseos en ferry… Tiempo suficiente para ir tachando de la lista sus imprescindibles, pero escaso para vivir la ciudad más allá de los clásicos. Ese era el pensamiento que rondaba por mi cabeza cuando me ajustaba el cinturón de seguridad en el avión de vuelta. Deseo volver a Estambul sin el lastre de la primera vez, sin las prisas por verlo todo que te hacen acelerar el paso. Anhelo regresar no como periodista, bloguera, viajera o turista sino como alguien que simplemente desea retomar el diálogo con una ciudad que le ha calado muy hondo.

Durante una semana he comprobado que todos los elogios, mimos y requiebros que recibe Estambul son más que merecidos. Capital de tres imperios, encrucijada entre Europa y Asia, un lugar único en el mundo…  Estambul es un deslumbrante cóctel de historia, paisajes y paisanajes que te atrapa desde el momento en que pisas sus calles. Una inmensa alfombra tejida de sonidos, colores, olores y sabores que hay que conocer dando brincos por el mapa. De Constantinopla a Bizancio, sin olvidar el rostro más moderno y europeísta del Estambul actual.

Instantes de Estambul

Istiklal Caddesi. Estambul

La sensación inicial que me produjo esta megalópolis turca fue de cierto desconcierto. Al principio te sientes desorientada, desamparada ante su enorme extensión que da cobijo a más de 16 millones de habitantes. Pero es solo cuestión de tiempo. Poco a poco, te vas colando por las rendijas de la ciudad, te familiarizas con su sistema de transportes y empiezas a moverte por ella como pez en las aguas del Mármara. En ese momento, cuando las piezas del puzzle empiezan a encajar, es cuando todo empieza a fluir, te relajas y activas todos tus sentidos para no desperdiciar ni uno de los regalos que Estambul te tiene preparados.

Como una niña con zapatos nuevos 

Perpleja ante tanta belleza. Todavía me siento así al teclear estas letras. El aluvión de imágenes y sensaciones que revolotean en mi cabeza es abrumador. Tanto que es difícil ordenar las ideas. Es como el tráfico en Estambul. Anárquico pero funcional. El orden dentro del caos.

Aún así, con los sentidos todavía embotados, tiro de mi cuaderno de notas y me lanzo a relatarte un puñado de momentos que hicieron que me enamorara de esta ciudad.

La llamada a la oración. Puede sonar a tópico pero la primera vez que escuchas el quejumbroso canto del muecín llamando a la oración no se olvida. Más aún si te coge por sorpresa, bajo la lluvia y en la Plaza de Sultanahmet, entre Santa Sofía y la Mezquita Azul. O esperando para entrar en la Mezquita de Eyüp Sultan, entre el constante trasiego de personas que acuden a uno de los puntos de peregrinación más sagrados del mundo musulmán.

Plaza de Sultanahmet y Mezquita Azul. Estambul

Mezquita Azul. Estambul

Navegar entre dos continentes. Surcar las aguas del Bósforo, el estrecho que separa Europa de Asia, hasta las puertas del Mar Negro es una experiencia fascinante. Cruzar de babor a estribor para contemplar el Palacio de Dolmabahçe o la Mezquita de Ortaköy, pasar por debajo del Puente del Bósforo, presenciar cómo todo el pasaje da un respingo al oír a una turista gritar dolphins, dolphins, ver cómo los edificios pelean por tener vistas al estrecho, desembarcar en Anadolu Kavaği y subir hasta la fortaleza de Yoros y perder la mirada allí donde el Mar de Mármara se funde con el Mar Negro…

Crucero por el Bósforo. Estambul

A las puertas del Mar Negro. Estambul

Una de las mejores puestas de sol que he presenciado. Me esperaba en Üsküdar, en el lado asiático y llegué en vapur como una estambulita más. Busqué el café de las alfombras, pedí un çay y me hice un ovillo para tratar de esquivar el frío. Estaba nublado pero Estambul no me falló. Justo antes de atardecer, el cielo se abrió y para lo que sucedió a continuación faltan palabras. Nunca imaginé tan hermosa paleta de colores.

Esperando la puesta de sol en Üsküdar. Estambul

Puesta de sol desde Üsküdar. Estambul

Disfrutar de la amabilidad de un pueblo. Tal vez sea el recuerdo más grato que me traigo de vuelta. Las gentes de Estambul son afables y encantadoras hasta decir basta. No te hablo de los captadores de turistas que consiguen que pierdas los nervios si tratas de cruzar la zona de restaurantes del Puente Gálata. Te hablo del señor que empuja un carro cargado de botellas de agua y te sonríe cuando te acercas mapa en mano. De la familia que regenta un minúsculo café cerca del muelle de Ayvansaray y con la que te entiendes con un merhaba y un par de señas. Del anciano que se sienta a tu lado en el tranvía y busca cualquier excusa para cruzar un puñado de palabras. De los vecinos de los barrios más alejados que se desviven por indicarte el camino a seguir.

Jugando con las palomas. Estambul

La luz de Santa Sofía. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al poner los pies en la obra más colosal y sagrada de la época bizantina. Pese a los andamios, pese a las hordas de cámaras de fotos que me rodeaban. El sueño de Justiniano emociona por sus dimensiones y por la atmósfera que allí se respira. Conmueve incluso desde la distancia. Así me pasaba cada mañana cuando tras desayunar subía a la terraza de nuestro hotel o cuando disfrutaba de su imponente silueta desde el mar.

Interior de Santa Sofía. Estambul

Santa Sofía desde la terraza del hotel Adamar. Estambul

Un café con vistas. Probablemente, Pierre Loti sea el café más famoso del Cuerno de Oro. Sentada en una de sus mesas descubrí por qué este escritor francés acudía aquí en busca del favor de las musas. ¡Cómo no inspirarse con estas vistas!

Vistas del Cuerno de Oro desde el Café Pierre Loti

Ver la vida pasar en el Puente Gálata. Más que con la torre me quedo con el puente, esa estructura de acero que sirve de nexo de unión entre el viejo y el nuevo  Estambul y que hacen suya los pescadores a cualquier hora del día. El penetrante olor a mar, el ir y venir de los barcos que cruzan el Bósforo y, de nuevo, los atardeceres. Si Estambul tiene alma, creo que está aquí.

Pescador en el Puente Gálata. Estambul

Me dejo en el tintero muchos más momentos únicos y rincones que me han maravillado como la Cisterna de Yerebatan, los increíbles mosaicos de San Salvador de Chora, la pequeña Santa Sofía, el palacio Topkapi, la Mezquita de Rüstem Paşa, los bazares, Solimán, la trepidante y bulliciosa Istiklal Caddesi, el dulzor de los baklavas… Pedacitos de una ciudad que navega entre lo occidental y lo oriental, lo antiguo y lo moderno, donde se entremezclan culturas y credos y que próximamente espero enseñarte como se merece. Perderme, encontrarme y perderme de nuevo era mi objetivo inicial. Ahora tengo uno más: volver a Estambul.

Las Bodas de Isabel: un viaje al Teruel del siglo XIII

Las Bodas de Isabel: un viaje al Teruel del siglo XIII

Desde 1997, cada mes de febrero Teruel revive la historia de sus famosos amantes proponiéndonos un viaje en el tiempo. Concretamente al siglo XIII. Un viaje cargado de emociones que discurre al son que marcan las campanas, los tambores y los sentimientos. Un viaje al medievo. Al Teruel de 1217. Si me acompañas, trataré de desvelarte todas las claves de esta cuidada recreación histórica declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Vuesa merced, sea bienvenido a las Bodas de Isabel de Segura.

Viaducto peatonal de Teruel. Bodas de Isabel

Paseo del Óvalo. Bodas de Isabel. Teruel

Para ponerte en situación, te mostraré las cifras que se mueven en Las Bodas: 17.000 personas vestidas al modo medieval, 5.000 organizadas en 150 haimas que recrean grupos de la época, 200 puestos de mercado medieval y más de 150 actores aficionados que dan vida a esta historia de amor en los diferentes actos que se desarrollan durante todo el fin de semana.

Así es como Teruel en pleno rinde homenaje a Isabel y Diego en una de las puestas en escena más multitudinarias de España. El escenario para representar la leyenda de los Amantes no puede ser mejor: un casco histórico que conserva su trazado medieval original, salpicado por un conjunto mudéjar que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Jardines de la Escalinata. Bodas de Isabel. Teruel

Bodas de Isabel: una leyenda que merece ser contada

Dicen que es una de las más bellas historias de amor jamás contadas. Escúchala con atención y saca tus propias conclusiones.

Teruel. Siglo XIII. Dos jóvenes vástagos de la nobleza local que se aman desde niños pretenden casarse. Ella es Isabel, la única hija de la familia Segura. Él, Diego, que por ser el segundón de los Marcilla no dispondrá de herencia. El vil metal hace que Don Pedro, padre de Isabel, se oponga al enlace. Aún así, Diego consigue un plazo de cinco años para hacerse rico y marcha a la guerra. Pasan los meses, pasan los años y no llegan noticias del caballero. La familia de Isabel la presiona para que contraiga matrimonio pero ella alega que le había prometido a Diego un lustro de espera. Finalmente, tras el falso anuncio de la muerte de Diego, accede a casarse el día que cumple el plazo con el poderoso Pedro de Azagra, hermano del Señor de Albarracín.

Plaza del Torico. Bodas de Isabel. Teruel

Es entonces cuando regresa Diego a Teruel sin saber las noticias que le esperan. La villa entera está celebrando las nupcias de la pareja. Desesperado y con el corazón roto acude al encuentro de Isabel para pedirle un beso antes de marchar pero ella, aunque lo sigue amando, se lo niega por pertenecer ya a otro hombre. Diego no puede soportar tanto dolor en su corazón y cae muerto. Al día siguiente, en su funeral, una mujer aparece entre la multitud. Es Isabel de Segura que quiere darle a su amado el beso que le negó en vida. Tras besarle, ella también cae fulminada y se desploma sobre el cuerpo de Diego. Ante tal demostración de amor las familias de ambos deciden enterrarlos juntos. A partir de ahora serán conocidos como los Amantes de Teruel.

Hoy pueden visitarse sus restos en un mausoleo adosado a la iglesia de San Pedro. Allí reposan los amantes bajo las magníficas esculturas que Juan de Ávalos regaló a la ciudad. 

Dos escenas de las Bodas de Isabel en imágenes

La comitiva nupcial desde la Puerta de Daroca hasta la Catedral, la boda de Isabel de Segura con Pedro de Azagra, la llegada de Juan Diego de Marcilla, la petición del beso… Aunque todas las escenas que recrean la historia de los amantes son dignas de ser presenciadas, tras mi experiencia en Las Bodas, debo reconocer que las dos que más me emocionaron fueron las exequias fúnebres de Diego y muerte de Isabel, y la Oda a los Amantes.

Y es que el domingo por la mañana, bajo un sol espléndido y gracias a la acreditación que me facilitó la Fundación Bodas de Isabel -entidad pública que organiza esta recreación-, tuve una visión privilegiada de cuanto iba a acontecer en Teruel.

La solemne llegada de la comitiva de los funerales de Diego a una Plaza de la Catedral en la que no cabía ni un alma me trasladó de un plumazo ocho siglos atrás. El llanto de las plañideras, el ruido ensordecedor de los tambores rompiendo el silencio, Diego llevado a hombros entre la multitud… Y la aparición de una Isabel rota que lentamente se acerca a su amado para sellar su amor con un beso. ¿Solté alguna tímida lagrimita? Sí. No me duelen prendas en admitirlo.

Comitiva de los funerales de Diego de Marcilla. Bodas de Isabel. Teruel

Diego de Marcilla. Bodas de Isabel. Teruel

Isabel da a su amado el beso que le negó en vida. Bodas de Isabel. Teruel.

Isabel y Diego descansan juntos para siempre. Bodas de Isabel. Teruel

Desde la Catedral, los dos amantes son trasladados a la vecina Plaza de la Marquesa. Durante el recorrido se repite la misma tónica: no hay un hueco libre, todo el mundo quiere captar una imagen de la pareja. A su llegada, Isabel y Diego son recibidos con pétalos de rosas y desde uno de los balcones del Museo Provincial se lleva a cabo la escena final. El hervidero de gente que copa la plaza escucha atentamente el Romance de Ciego que repasa la trágica historia de estos enamorados, e Isabel y Diego hacen acto de presencia mientras suena una preciosa oda medieval en su honor. El punto y final a esta escena es muy emotivo: una invitación a besarse para honrar a los amantes bajo el estruendo de los tambores. Así lo hacen todos los presentes. Ya no hay lágrimas, solo sonrisas, besos, abrazos y aplausos. Y es que como reza el romance: «el amor se siente vivo más allá de la existencia.»

Tambores y bombos. Plaza de la Marquesa. Bodas de Isabel. Teruel

Pétalos de rosa para los Amantes. Bodas de Isabel. Teruel

Oda a los Amantes. Bodas de Isabel. Teruel

Momento del beso. Bodas de Isabel. Teruel

Una fiesta que se vive en la calle

Estas escenas centrales son solo una parte de los 90 actos que se llevan a cabo durante Las Bodas. Hay más representaciones teatrales, danzas medievales, desfiles, espectáculos para los más pequeños, torneos en la Plaza de Toros, exposiciones de instrumentos de tortura, talleres, demostraciones de cetrería, conciertos… Si a eso le sumas las haimas, los numerosos puestos del mercado medieval y las tabernas que te encuentras a cada paso podrás imaginar que el ambiente es increíble. Tanto que a veces es difícil dar un solo paso.

Representación de la obra Doncellas y donceles. Bodas de Isabel. Teruel

Músicos en la Plaza San Juan. Bodas de Isabel. Teruel

Exposición de instrumentos de tortura. Bodas de Isabel. Teruel

Taberna. Bodas de Isabel. Teruel

Exhibición de aves rapaces. Bodas de Isabel. Teruel

Herrero en la Plaza San Juan. Bodas de Isabel. Teruel

Y es que la implicación de los turolenses en esta fiesta es absoluta. Literalmente, se vuelcan en ella. Prueba de ello son los 150 grupos que forman parte de la Federación de Asociaciones de las Bodas de Isabel de Segura que plantan sus haimas y sus campamentos por toda la ciudad para evocar la vida cotidiana del Teruel medieval. Oficios, órdenes militares, miembros de la iglesia, parroquias, barrios… Todos ellos son colectivos documentados y su participación en Las Bodas conlleva el cumplimiento fiel del rigor histórico. De hecho, para entrar a formar parte de la federación, deben entregar una memoria donde se explica el origen del grupo y su papel en el siglo XIII.

Carniceros de la Villa. Bodas de Isabel. Teruel

Almogávares de Teruel. Bodas de Isabel

Mercatores. Bodas de Isabel. Teruel

Encomienda templaria y hospitalaria. Bodas de Isabel. Teruel

Pobres y marginados. Bodas de Isabel. Teruel

Aquí me vas a permitir un pequeño punto y seguido. Y es que si he podido vivir Las Bodas de Isabel desde dentro ha sido gracias a uno de estos grupos, los Mesegueros. Ellos me abrieron su haima para mostrarme su día a día en este viaje al pasado y hasta me facilitaron un precioso vestido para no desentonar con el entorno. Compartí con ellos sus guisos, sus risas y me contagiaron su pasión por una fiesta a la que la mayoría de edad le ha sentado de maravilla ya que, según los organizadores, ha sido una de las más exitosas de los últimos años.

Mesegueros. Bodas de Isabel. Teruel

Algunas curiosidades de Las Bodas de Isabel

¿Sabías que Las Bodas tienen hasta su propia cerveza? Así es, la Cervisia Ambar. Una cerveza de características medievales especialmente fabricada para esta ocasión que, como manda la tradición, fue bendecida por el obispo y ofrecida a los novios durante los esponsales. El resto de los mortales pudimos probarla tanto en las posadas públicas como en la propia Abadía de San Arnoldo de Ambar que se levantó en la Plaza de la Catedral respetando los austeros cánones benedictinos. A lo largo del fin de semana, los monjes de esta congregación realizaron todo tipo de plegarias y confesiones y recorrieron el centro de la ciudad impartiendo sus indulgencias cerveceras a vecinos y visitantes bajo el lema Ora, Ambar et Labora.

Abadía de San Arnoldo de Ambar. Bodas de Isabel. Teruel Caballos portando los barriles de la Cervisia Ambar. Bodas de Isabel. Teruel

¿Quiénes dieron vida a Isabel y Diego? Como cada año, se realizó un casting para escoger a los actores que han participado en Las Bodas. No hacía falta tener experiencia, solo ganas de vivir la fiesta. Carmen Jara, una estudiante de magisterio, fue la elegida para interpretar a Isabel. Por su parte, Ángel J. Loras, un polifacético policía local de Teruel, fue quien se puso en la piel de Diego de Marcilla.

Los protagonistas de las Bodas de Isabel. Teruel

¿Qué es Europa Enamorada? Fuera de nuestras fronteras, Teruel está liderando un proyecto con otras ciudades como Verona, Sulmona o Montecchio Maggiore denominado Europa Enamorada cuyo objetivo es impulsar una ruta europea de turismo romántico que conecte todas las ciudades que estén marcadas por una historia de amor universal.

Consejos para disfrutar de las Bodas de Isabel

Si con lo que has leído hasta ahora he conseguido animarte para no perderte la próxima edición de Las Bodas de Isabel de Segura, toma nota de mis sugerencias:

Alojamiento. Aunque Teruel cuenta con una buena oferta hotelera, el fin de semana de Las Bodas el número de plazas siempre es inferior a la demanda. Si quieres reservar una habitación en la ciudad deberás hacerlo varios meses antes o te resultará imposible. Incluso los alojamientos de los pueblos más cercanos cuelgan el cartel de completo. Las Bodas se celebran el tercer viernes de febrero.

Comida. Para comer en un restaurante, aplica la regla anterior y reserva mesa con antelación. Si prefieres comer en la calle, perfecto. Encontrarás tabernas y puestos de comida a cada paso. Fíjate bien porque hay haimas solidarias en las que podrás comer divinamente y de paso contribuir a una causa benéfica. Algo imperdonable: irte de Teruel sin probar su exquisito jamón.

Jamón, panceta y otras delicias. Bodas de Isabel. Teruel

Vino caliente para combatir el frío. Bodas de Isabel. Teruel

Ropa. Si tienes ocasión de vestirte de medieval, hazlo. En el mercadillo hay varios puestos que alquilan trajes aunque ya te digo que barato no resulta. Si no te apetece vestirte, recuerda que estamos hablando de febrero en Teruel. Hace mucho frío. Que no te confunda un día soleado  porque en cuanto atardece el mercurio se desploma y llegar a bajo cero es lo más normal. Así que bien abrigado y a ser posible con ropa de repuesto. Con tanta hoguera sí o sí acabarás oliendo a humo.

¿La fiesta sigue por la noche? Seguir sigue, otra cosa es que aguantes con un programa diurno tan completo. Este año se han programado actuaciones en directo en la llamada haima cultural y se ha instalado una carpa nocturna situada junto al Palacio de Congresos.

Y dicho esto, solo queda formularte la pregunta del millón. ¿Nos veremos en las próximas Bodas de Isabel? O como dicen los del terreno, ¿vendrás a medievales? Teruel, la Ciudad del Amor, te espera.

Más información: Fundación Bodas de Isabel

Soria: una ruta por el centro de la ciudad de los poetas

Soria: una ruta por el centro de la ciudad de los poetas

«Bécquer no era idiota, ni Machado un ganapán y por los dos sabrás que el olvido del amor se cura en soledad. A la ribera del Duero existe una ciudad. A la ribera del Duero, mi amor, te espero. Voy camino Soria, ¿tú hacia dónde vas?.»

Con permiso de Jaime Urrutia y compañía, y como buena hija de los ochenta, no he encontrado mejor forma para empezar este reportaje sobre la ciudad de Soria. Porque este tema de Gabinete Caligari la dibuja verso a verso, porque el sol tampoco calentaba cuando la visité a principios de diciembre, y porque, como no podía de ser de otra manera, era lo que sonaba en el coche cuando llegamos a este rincón castellano. Una pequeña capital de provincia que en invierno huele a leña y a castañas asadas, que cada fin de semana se rinde en masa al placer del cañeo y los pinchos, donde los poetas alzan su voz en cada esquina y el Duero es uno más de sus habitantes. Una ciudad nada vanidosa con motivos para serlo.

Puesto de castañas. Soria Plaza San Clemente. Soria

En esta primera etapa, voy a recorrer Soria siguiendo los pasos de Antonio Machado, las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer y las rimas de Gerardo Diego, pararemos para ir de tapeo y descubriremos con tempo lento sus calles, parques, iglesias y plazas. ¿Y el Duero? El Duero, querido viajero, merece su propio capítulo.

La Soria de Machado

Antonio Machado llegó a Soria para ocupar la cátedra de francés del que hoy es su instituto en un vagón de tercera y ligero de equipaje. Corría el año 1907. Poco a poco, el indulgente profesor se fue adaptando al tranquilo ritmo del día a día soriano entre sus aprobados, aprobadillos y aprobadejos. Un año después se trasladó a la casa de huéspedes de doña Isabel Cuevas donde conoció a su hija, Leonor Izquierdo. Una niña de trece años que le robó el corazón. A golpe de cartas de amor consiguió conquistarla y, salvando la desaprobación de la familia, la pareja se casó en el verano de 1909. Él tenía 34 años, ella 15. Dos años más tarde, el matrimonio se trasladó a Paris pero allí Leonor contrajo tuberculosis y decidieron volver a Soria para ver si allí mejoraba. No fue así y en agosto de 1912 la joven Leonor falleció. Tras su muerte, Machado abandonó Soria.

Estatua de Antonio Machado. Plaza del Vergel. Soria

Años después, Machado expresó en una carta lo que significaron estos cinco años en Soria: «Si la felicidad es algo posible y real -lo que a veces pienso- yo la identifico mentalmente con los años de mi vida en Soria y con el amor de mi mujer». De esos días a nosotros nos queda su legado, Campos de Castilla, y una emotiva ruta para descubrir los rincones vinculados al poeta de la Generación del 98:

Instituto Antonio Machado. En pleno caso urbano, al lado de las antiguas murallas de la ciudad, está el instituto en el que Machado impartió clases durante cinco años. Aún se conserva un aula tal y como la dejó el poeta. Otro de sus ilustres profesores fue Gerardo Diego quien años más tarde enseñaría literatura en este mismo lugar.

Iglesia de Santo Domingo. Esta iglesia en mi opinión es una de las más bonitas de Soria. Un templo románico del siglo XII cuya fachada está presidida por un gran rosetón y por escenas bíblicas del Génesis y de la vida de Cristo. Aquí es donde acudía Leonor a rezar los domingos y aquí es donde acuden oriundos y foráneos para comprar los dulces que elaboran sus actuales moradoras, las monjas clarisas.

Iglesia de Santo Domingo. Soria

Casino Círculo Amistad Numancia. Si nos acercamos hasta la calle principal de Soria, El Collado, fácilmente daremos con la estatua de Gerardo Diego que preside la entrada al Casino Círculo Amistad Numancia. Antaño, este hermoso edificio del XIX albergaba dos instituciones que acabaron fusionándose: el Casino de Numancia, fundado en 1.848 por miembros de la burguesía soriana, y el Círculo de la Amistad en el que se reunía el pueblo llano. Por este histórico escenario de tertulias desfilaron las grandes figuras de nuestra literatura entre las que destaca, una vez más, la terna Machado, Bécquer y Gerardo Diego. De hecho, en la planta superior hay un museo dedicado a ellos. El acceso a la cafetería es libre de 10 a 14h. y de 20:30 a 23h. por lo que te aconsejo que te tomes algo allí si en el colegio, como yo, memorizaste algunos de sus poemas. Abre bien los ojos, recítalo en tu mente y siente como la historia te cala hasta los huesos.

Estatua de Gerardo Diego.  Soria. Casino Círculo Amistad Numancia. Soria

Plaza Mayor. En la Plaza Mayor de Soria, sobria y castellana como ella sola, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Mayor, donde el poeta y su amada Leonor contrajeron matrimonio, y el Palacio de la Audiencia que luce en su fachada el famoso reloj que tantas veces inspiró a Machado. Los otros edificios destacables que acuñan su perfil son el Palacio de los Doce Linajes -actual Ayuntamiento- y la Casa del Común. El arco que atraviesa esta casa, conocido como Arco del Cuerno, es por donde entraban y salían los toros cuando la plaza hacía de coso.

Plaza Mayor. Soria Casa del Común y Fuente de los Leones. Plaza Mayor. Soria

Paseo y Ermita del Mirón.  Cuando regresaron de París, la pareja alquiló una casita en el Paseo del Mirón para que Leonor pudiera respirar aire puro y recuperarse. Aconsejados por el médico, cada día paseaban hasta la ermita barroca del mismo nombre. Un trayecto rodeado de árboles y envuelto en silencio que desde entonces quedó ligado a sus vidas. Si sigues el pequeño camino que hay detrás de la ermita, enseguida llegarás al mirador de Los Cuatro Vientos desde el que se divisa una de las mejores vistas de Soria: su caprichosa orografía, los márgenes del Duero, el puente, la imponente silueta del Monasterio de San Juan de Duero… Fíjate en el monumento que lo preside, son las siluetas de la pareja.

Ermita del Mirón. Soria Mirador de los Cuatro Vientos. Soria

Si tienes ocasión, intenta visitar la ermita por dentro. No tiene un horario fijo de apertura ya que la encargada de su mantenimiento es una seglar que, si el tiempo lo permite, suele abrirla por las tardes. Nosotros estábamos alojados en el Hotel Leonor Mirón, justo enfrente, y no fue hasta el último día, con el coche ya cargado, que vi su puerta abierta. No sé si fue por lo emocionada que entré o por llevar una cámara en la mano pero el caso es que la buena mujer nos la enseñó de arriba a abajo y hasta nos recitó con orgullo el Romance Mudo a Nuestra Señora del Mirón. ¿Un momento mágico? Sin duda y, como suele ser, protagonizado por las gentes del lugar, esos personajes que te encuentras por capricho del azar y que te enriquecen como viajero y como persona.

Cúpula de la Ermita del Mirón. Soria Un romance mudo con voz propia. Ermita del Mirón. Soria

Iglesia del Espino, olmo seco y cementerio. Dicen que la patrona de la ciudad guarda el sueño eterno de Leonor en su iglesia, un imponente edificio del siglo XVI, situado muy cerca del otro cerro de la ciudad, el del Castillo. En su atrio está el olmo seco. Un olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido del que Machado espera otro milagro de la primavera. Y unos pasos más allá, el cementerio donde reposan los restos de su esposa. En su sencilla lápida podemos leer: A Leonor, Antonio.

Iglesia del Espino y olmo seco. Soria Estatua y tumba de Leonor Izquierdo. Soria

En la tapia de enfrente hay un buzón con el nombre de Leonor para que los que lo deseen puedan dejar sus cartas y poesías siguiendo la misma iniciativa que se llevó a cabo en el cementerio de Coillure donde descansa Machado. Es inevitable preguntarse… ¿Dónde irán a parar esas cartas? ¿Quién las leerá?

Buzón de Leonor. Cementerio de Soria

La Soria más nobiliaria

Alrededor de la ya mencionada calle El Collado, por donde pasean, compran y se dejan ver los sorianos, se articula un centro histórico que lucha por mantener el esplendor de la Soria medieval.  Un pasado ya lejano que podemos revivir en calles nobiliarias como la calle RealZapatería, en la calle Aduana Vieja -con los Palacios de los Ríos y Salcedo, del Vizconde de Eza o de Don Diego Solier- y en la calle Caballeros donde, además de mansiones y casonas de alta alcurnia, se encuentran el Palacio de la Diputación y la iglesia de San Juan de Rabanera. Este templo, declarado Monumento Nacional, es un bello ejemplo del románico más sobrio y castellano.

Cartel de Bécquer en la calle El Collado. Soria Calle Aduana Vieja. Soria Iglesia de San Juan de Rabanera y Palacio de la Diputación. Soria

Como enumerar todos los conventos, casonas y edificios civiles que encontramos por toda la ciudad podría ser eterno, te dejo con dos recomendaciones finales: el Palacio de los Condes de Gómara, hoy Audiencia Provincial y joya de la arquitectura civil soriana, y la Concatedral de San Pedro, Monumento Nacional que conserva el claustro románico del templo primitivo.

Palacio de los Condes de Gómara. Soria Interior de la Concatedral de San Pedro. Soria

De tapas por Soria

Los sorianos son gente de calle. Están acostumbrados al frío y por muy bajas que sean las temperaturas, el momento caña no lo perdonan. Sobre todo los domingos, a la hora del aperitivo, cuando es prácticamente imposible encontrar hueco en cualquier barra ni en las mesas de la calle. Además de en la Plaza Mayor, el cañeo se concentra en dos plazas. Oficialmente son la Plaza Ramón Benito Aceña (Herradores para los de casa) y la Plaza San Clemente (El Tubo). Por cierto, en la Plaza de Ramón Benito Aceña vivieron los hermanos Bécquer y Gustavo Adolfo sufrió el dolor del adulterio de su esposa. Al igual que Machado, el poeta sevillano se sintió profundamente atraído por esta tierra que inmortalizó en alguna de sus Leyendas más populares como El rayo de luna o El monte de las Ánimas.

Plaza Ramón Benito Aceña. Soria

Volviendo al tema que nos ocupa, aquí tienes una selección de locales en los que se tapea de vicio:

Bar Poli (Plaza San Clemente, 3.) Un bar de toda la vida que se pone hasta la bandera. Las tapas están buenísimas, los preciosos son baratos (2€ tapa y caña) y el ambiente es el que se espera en este tipo de locales: comandas a voz en grito, botellines y cañas arriba y abajo y el mismo estrés que se respira en la ciudad, cero. Imprescindibles: champiñones y cojonudos.

Bar Patata (Plaza, San Clemente, 1). Con ese nombre no hace falta mucha más explicación pero te lo confirmo, aquí se viene a comer raciones que llevan patatas y pinchos tan originales como el solomillo de canguro o las mini hamburguesas de kobe.

Calamares de Antigua Casa Apolonia y champiñones del bar Poli. Soria

Antigua Casa Apolonia (Plaza Ramón Benito Aceña, 8). En el bar más antiguo de Soria (1850) lo propio es pedir una ración de calamares. ¡Riquísimos!

Mesón Castellano (Plaza Mayor, 2) La barra del Mesón Castellano es el paraíso de las tapas: montaditos, ensaladillas, chorizo y, sobre todo, torreznos. Los mejores que he probado en Soria. A destacar: siempre es agradable que te sirvan camareros de la vieja escuela.

Torreznos del Mesón Castellano. Soria

Tres últimas tentaciones: para comer comer, el propio Mesón Castellano y el Asador Ecus donde preparan un cochinillo y un cordero asado delicioso (Numancia, 4). Y para tomarte un buen chocolate con churros o cualquier exquisitez artesana preparada con la famosa mantequilla de Soria, la Pastelería Nueva York (El Collado, 16).

La Soria verde

Responde al nombre de Alameda de Cervantes pero todo el mundo lo llama La Dehesa. Es el corazón verde del casco urbano la ciudad. Un auténtico jardín botánico, con más de cien especies vegetales, cuajado de rincones con nombre propio. Como la ermita de la Soledad, con su Cristo del Humilladero, la Fuente del Niño, la pradera o la rosaleda. Una nota curiosa: los columpios de la zona de juegos infantiles fueron un regalo de la productora Metro Goldwyn Mayer tras rodar en Soria la película Doctor Zhivago.

Alameda de Cervantes. Soria

También merece le pena subir hasta el Parque del Castillo para disfrutar de las preciosas panorámicas que nos ofrece y ver los restos de lo que fue una gran fortaleza capaz de dar cobijo a gran parte de la población. Alrededor de las pocas ruinas que quedan nació este parque que domina la ciudad. Enseguida reclama nuestra atención la estela plateada del Duero, unos arcos románicos y una ermita situada a orillas del río. Ellos serán los protagonistas de la segunda entrega de mi paso por Soria.

Más reportajes sobre Soria:

La Laguna Negra, uno de los parajes más bellos de la provincia de Soria

Descubriendo el yacimiento arqueológico de Numancia

Motivos para viajar a Londres en el 2014: encuentra el tuyo

Motivos para viajar a Londres en el 2014: encuentra el tuyo

Si eres un lector habitual de este blog, ya sabrás que soy una enamorada de Londres. La capital británica ejerce sobre mí tal poder de atracción que cualquier momento del año me parece perfecto para volver a pisar sus calles. Aún así, me he entretenido seleccionando algunos de los principales eventos que tendrán lugar en Londres este año. Exposiciones, festivalesmusicales, citas deportivas… Seguro que encuentras más de un motivo para hacer las maletas y poner rumbo a la que en mi opinión es una de las ciudades más cool del planeta. Comenzamos.

Tower Bridge. Londres

EXPOSICIONES

La cultura es uno de los puntos fuertes Londres y a lo largo de este año sus principales museos nos proponen una serie de exposiciones muy interesantes. Para muestra, siete recomendaciones que darán mucho que hablar:

National Gallery

Los girasoles. Dos de las cinco versiones de Los girasoles de Van Gogh se reúnen por primera vez en Londres desde hace 65 años. Una oportunidad fantástica para comparar estas dos obras de arte y descubrir un nuevo estudio científico sobre ellas.

Belleza extraña: maestros del renacimiento alemán. A través de obras de Hans Holbein el joven, Alberto Durero y Lucas Cranach el viejo, esta exposición nos plantea una mirada renovada al renacimiento alemán que pone de manifiesto la originalidad y expresividad de estos artistas del siglo XVI.

National Gallery. Londres

Veronés: magnificencia en la Venecia renacentista. Esta es la primera exposición monográfica sobre este pintor italiano que se celebra en el Reino Unido. Una selección de las 50 obras más importantes de uno de los maestros más importantes de la pintura veneciana del siglo XVI.

Rembrandt: los años finales. Compuesta de 40 pinturas, 20 dibujos y 30 grabados procedentes de museos europeos y norteamericanos, esta exposición muestra los últimos trabajos del artista holandés.

Tate Modern

Richard Hamilton. Retrospectiva dedicada a Richard Hamilton, uno de los artistas británicos más influyentes del siglo XX y uno de los fundadores del pop art. Esta muestra incluye sus representaciones de celebridades como Mick Jagger, Bing Crosby y Marilyn Monroe, entre otros. Por cierto, ¿sabías que fue el diseñador de la cubierta del White Album de The Beatles?

British Museum

Vikingos, vida y leyenda. El universo vikingo llega al Museo Británico con la primera exposición en tres décadas dedicada a esta cultura: armas, joyas, monedas, imágenes religiosas, amuletos… La pieza principal de esta exposición es un barco vikingo de guerra de 37 metros, el mayor encontrado hasta ahora.

British Museum. Londres

National Portrait Gallery

Bailey’s Stardust. Si te gusta la fotografía, no deberías perderte la exposición de David Bailey, uno de los más importantes fotógrafos de moda y sociedad. Él personalmente ha seleccionado las más de 250 imágenes de esta exposición entre las que se encuentra un retrato de Kate Moss nunca expuesto hasta ahora.

Tips de viaje: Del 15 al 17 de mayo Londres celebra la Noche de los Museos. Numerosas galerías de arte, museos y otros espacios culturales abrirán sus puertas hasta altas horas de la noche, combinando sus exposiciones con una atractiva agenda de eventos musicales, performances, guías teatralizadas, etc.  Además,  con motivo de la conmemoración del centenario de la Primera Guerra Mundial, en Londres se celebrarán numerosos eventos rememorativos. La sede de los IWM (Museos Imperiales de la Guerra) volverá a abrir en el mes de julio tras su renovación y presentará Truth and memory, la primera retrospectiva sobre este conflicto en un siglo.

SHOW MUST GO ON

Debo confesar que tengo una cita pendiente con Londres: ver un musical en el West End. Les Misérables, Billy Elliot, The Phantom of the Opera, Mamma Mia!… Revisando la escena teatral londinense, las producciones que más me han llamado la atención, además de los clásicos citados anteriormente, son:

King Lear (National Theatre). Coincidiendo con el 450 aniversario del nacimiento de Shakespeare, el aclamado director Sam Mendes estrena su producción El Rey Lear, protagonizada por Simon Russell Beale.

The Full Monty (Noel Coward Theatre). Todo el mundo conoce la historia de estos seis obreros en paro que se lían la manta a la cabeza y acaban trabajando como strippers. Esta tragicomedia basada en una película del mismo título llega al West End tras su gira por Gran Bretaña.

The Full Monty y Miss Saigon

Miss Saigon (Prince Edward Theatre). Después de 15 años de ausencia, vuelve a Londres uno de sus musicales más populares, Miss Saigon, la historia de amor entre un soldado estadounidense y una joven vietnamita que se ve obligada a trabajar en un sórdido local.

I Can’t Sing! The X Factor Musical (London Palladium). 19 canciones originales dan forma a este espectáculo que nos ofrece una mirada cómica irreverente y anárquica centrada en el mundo de los reality televisivos. Tanto para fans como para escépticos de Factor X.

MUSIC FESTIVALS 

Con la llegada del verano, Londres se convierte en un enorme escenario y este año no va a ser una excepción. ¿Nos vamos de festivales?

Yahoo! Wireless Festival (Queen’s Elizabeth Park. 4-5-6 julio). Este festival, que se desarrolla en el parque Olímpico de Londres y de forma simultánea en Birmingham, es uno de los favoritos de los londinenses aficionados al pop y al hip hop. Aunque a fecha de hoy todavía no hay artistas confirmados, las entradas ya están a la venta.

British Summer Time Hyde Park (Hyde Park. 6 y 12 de julio). Neil Young & Crazy Horse, la banda de Brooklyn The National, McBusted y The Backstreet Boys son algunos de los artistas que se dejarán ver y, sobre todo, escuchar en uno de los mejores parques urbanos del planeta, Hyde Park.

Festivales

Lovebox (Victoria Park. 18 y 19 de julio). Durante dos días, el Lovebox se adueña de Victoria Park. Empezó siendo una cita básicamente dance pero, desde su primera edición en 2002, el indie, el rock y el pop también forman parte de este festival de música al aire libre.

Reading Festival (Reading. 22-24 de agosto). Para asistir al que muchos consideran el principal festival de música rock de Gran Bretaña, tendrás que desplazarte hasta Reading (25 min. en tren desde Londres). ¿El cartel de este año? Hasta la fecha están confirmados los americanos Blink-182, el británico de moda Jake Bugg, Disclosure, Metronomy, Of Mice & Men, Wilkinson y I Am Legion. Su festival mellizo se celebra en Leeds el mismo fin de semana.  

Si no puedes acudir a estas citas, no te preocupes. Londres es la ciudad de la música y en cualquier momento puedes disfrutar de un buen concierto o de una noche de fiesta en salas como Fabric, Heaven, la Electric Ballroom o la Roundhouse -ambas en Camden- o en la O2 Academy de Brixton, por citar solo algunas. Échale un vistazo a la London Music Guide. Blues, indie, jazz, pop, reggae, rock…

CITAS DEPORTIVAS

Si lo tuyo son los eventos deportivos, déjame tentarte con estas sugerencias:

The Boat Race (6 de abril). La regata Oxford-Cambridge es una de las citas más populares del calendario deportivo de la ciudad. Cada año miles de personas abarrotan las orillas del río Támesis, desde Putney hasta Mortlake, para ver competir a los equipos de estas dos universidades durante cuatro millas y cuarto de infarto.

Campeonato de tenis de Wimbledon (Del 23 de junio al 6 de julio). Cada día del torneo se ponen a la venta unas 500 entradas para la pista central, la nº 1 y la nº 2, y varios miles de entradas para el resto de las canchas. Eso sí, conseguir una no es tarea fácil ya que la gente hace cola toda la noche. De todos modos, si quieres hacerte una idea del ambiente del campeonato, puedes visitar el estadio y el museo de Wimbledon en cualquier época del año.

Final de la Clipper Round the World (Muelles de Santa Catalina. Finales de julio).Los participantes de la regata oceánica más larga del mundo llegarán a Londres después de recorrer 40.000 millas y visitar 14 puertos en seis continentes.

LA WORLDCON ATERRIZA EN LONDRES

Miles de fans se desplazarán hasta la capital británica para asistir a los numerosos debates, talleres y lecturas que componen el programa de la LonCon 3, la Convención Mundial de Ciencia Ficción 2014. Esta convención, la primera que se celebrará en Londres desde 1965, se centrará en la literatura de fantasía y ciencia ficción pero también habrá eventos para los aficionados al mundo del cómic, a la ficción para adultos y al cosplay. ¿Sólo para frikis? Depende de cómo lo veas. La cita es del 14 al 18 agosto en el centro de convenciones internaciones ExCel (Docklands).

FECHAS DESTACADAS

Para finalizar y por si aún te faltan razones para viajar a esta ciudad durante este 2014 que acabamos de comenzar, te dejo con una serie de fechas en las que, personalmente, me encantaría estar en Londres. Como el St. George’s Day, momento en que Londres rinde homenaje al patrón de Inglaterra con multitud de actividades gratuitas (23 de abril), el famosísimo Carnaval de Notting Hill, que se celebra el último fin de semana de agosto y que llena de color y vida las calles de este barrio, la Bonfire Night, cuyos fuegos artificiales y hogueras conmemoran el día en el que Guy Fawkes fue arrestado con 30 barriles de pólvora con los que pretendía volar la sede del parlamento de Londres -5 de noviembre-, y, cómo no, la Navidad. El encendido del árbol de Trafalgar Square, las pistas de patinaje sobre hielo, los mercadillos, el espectáculo pirotécnico de fin de año, el impresionante desfile de Año Nuevo…

London Eye. Londres

Ya has visto que Londres siempre tiene algo que ofrecer. ¿Miramos el calendario y buscamos un vuelo? Como dice Madness, we are London.

 

De Madrid al cielo a bordo del Teleférico

De Madrid al cielo a bordo del Teleférico

Aunque hace años que quería subir y surcar el cielo de Madrid en una de sus cabinas, no fue hasta estas pasadas navidades que me animé a conocer la imagen que ofrece la capital desde las alturas. Mis padres habían venido a visitarme, el tiempo no acompañaba como para dar largos paseos y me pareció una forma original de pasar una mañana haciendo algo que muchos madrileños reconocen no haber hecho nunca: subir al Teleférico.

Teleférico de Madrid

El Teleférico de Madrid

Debo confesar que, a priori, no pensaba que meciera mucho la pena pero estaba equivocada. La experiencia de sobrevolar Madrid a lo largo de dos kilómetros y medio, jugando a descifrar su skyline y disfrutando de unas preciosas panorámicas, me gustó mucho, tanto como para recomendártela si buscas una forma distinta y relajada para empezar a descubrir la ciudad. A vista de pájaro.

El Teleférico, construido por la empresa suiza Von-Roll en 1969, lleva más de cuarenta años en funcionamiento uniendo el centro de la ciudad con su impresionante pulmón verde, la Casa de Campo. Aunque la mayoría de visitantes inician el trayecto en la estación de Rosales, situada en la confluencia de las calles Paseo del Pintor Rosales con la calle Marqués de Urquijo y con el Paseo de Camoens, nosotros optamos por ir en coche hasta la Casa de Campo y empezar allí nuestro viaje aéreo.

Estación de la Casa de Campo. Madrid

Un recorrido de once minutos de duración que para mí supuso un viaje al pasado, cuando también en compañía de mis padres sobrevolaba Barcelona a bordo de otro teleférico, el del puerto. Era otra ciudad sí, otro paisaje el que discurría a mis pies y, sobre todo, otra fecha en el calendario, pero la sensación prácticamente era la misma. ¿Cosas de la Navidad? Tal vez, pero el aspecto retro de las cabinas y de las estaciones, en las que el tiempo parece haberse detenido, junto a la locución, en mi opinión más propia de otra época, me trasladaron de un plumazo a mi niñez.

Interior de una de las cabinas del Teleférico de Madrid

Estación de Rosales. Teleférico de Madrid

Impresiones personales al margen, lo cierto es que este paseo por las nubes por el oeste madrileño, a 40 metros sobre el nivel del suelo, no decepciona. A un ritmo pausado -su velocidad es de 3’5 metros por segundo-, Madrid nos va mostrando su faceta más monumental, con el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, la Basílica de San Francisco el Grande o la ermita de San Antonio de la Florida; su perfil más moderno, en el que destaca la silueta de los rascacielos más altos de España (Cuatro Torres Business Area), y su cara más verde protagonizada por el Parque del Oeste, la Rosaleda, los Jardines del Campo del Moro, Madrid Río y el Manzanares y la propia Casa de Campo. ¿Un detalle? Aunque la capacidad de las cabinas es de seis plazas, no las llenan al completo por lo que si quieres ir con tu pareja en plan romántico, los dos solos, puedes hacerlo.

El Manzanares a vista de pájaro. Madrid

Skyline de Madrid

Plaza España y alrededores. Madrid

Cuando llegamos a la estación de Rosales, paseamos por el Parque del Oeste hasta llegar al Templo de Debod. Este templo, de 2.200 años de antigüedad, fue un regalo de Egipto a España en agradecimiento por el apoyo prestado en el salvamento de los templos de de Abu Simbel  y es el único de sus características que hay en nuestro país. Para que te hagas una idea del frío que hacía, fíjate en el agua del estanque. ¡Está prácticamente congelada! Tip de viaje: detrás del templo hay una balconada desde la que se divisa una de las mejores puestas de sol de Madrid.

Parque del Oeste. Madrid

Templo de Debod. Madrid

En el trayecto de vuelta, el sol hizo acto de presencia y nos permitió disfrutar con más claridad de las vistas que nos envolvían a derecha e izquierda. He estado muchas veces en la Casa de Campo pero te aseguro que solo desde el aire puedes hacerte una idea de la inmensidad de este parque urbano. Más de 1.722 hectáreas, pobladas de encinas, pinares y sotos, que sirven de válvula de escape del frenético ritmo de la ciudad y que albergan instalaciones deportivas y de ocio como el lago, el Zoo Aquarium y el Parque de Atracciones.

Las cabinas del Teleférico de Madrid

La Casa de Campo. Madrid

Nuestra experiencia en Teleférico concluyó tomando un café con leche en la cafetería-restaurante que hay en la planta superior de la estación de la Casa de Campo. Su mirador es una parada obligada si quieres seguir disfrutando de esta gran urbe pero esta vez con los pies en el suelo.

Mirador de la estación del Teleférico de la Casa de Campo. Madrid   Terraza de la cafetería. Teleférico de la Casa de Campo. Madrid

En algún sitio he leído que desde su inauguración el Teleférico ha sido utilizado por más de ocho millones de pasajeros. ¿Te animas a ser tú el siguiente?

Cómo llegar al Teleférico

Estación Teleférico Rosales (Paseo del Pintor Rosales, s/n. Madrid). Transporte público: Metro Argüelles (L3, L4 y L6). Líneas 21 y 74 de autobús. En coche: Aparcamiento gratuito en la calle Jacinto y Francisco Alcántara.

Estación Teleférico Casa de Campo (Cerro Garabita, s/n. Madrid). Transporte público: Metros Batán y Lago (L10). Línea 33 de autobús. En coche: Salida A5-Casa de Campo-Parque de Atracciones-Zoo. Aparcamiento gratuito en la Plaza de los Pasos Perdidos.

Horarios:

Aquí puedes consultar el calendario con el horario de apertura del Teleférico. Las últimas cabinas salen desde cada estación 15 minutos antes del cierre. La cafetería-restaurante y el mirador del Teleférico, situados en la estación de Casa de Campo, están abiertos de manera ininterrumpida mientras funciona el Teleférico.

Precios del Teleférico:

En la página web del Teleférico puedes comprar las entradas para cualquier día de la temporada. Recuerda imprimir tus billetes para tener un acceso preferente a las cabinas sin necesidad de pasar por taquilla.

  • Billete de ida 4,00€
  • Billete de ida y vuelta 5,75€
  • Billete de ida y vuelta comprando online con al menos 7 días de antelación 5,15€
  • Menores de 3 años Gratis

* También puedes comprar una entrada combinada que incluye el billete y un menú en la cafetería de la estación de la Casa de Campo.

Planifica tu visita al Teleférico

  • Los menores de 14 años deben viajar acompañados de un adulto.
  • Está permitido montar bicis en la cabina sin pagar ningún tipo de suplemento y viajar con mascotas siempre que vayan en su transportín.
  • También se pueden subir cochecitos de niño que sean plegables. De todos modos, en ambas estaciones hay un aparcamiento de cochecitos gratuito con cadena y llave para que puedas dejarlo.
La Laguna Negra, uno de los parajes más bellos de la provincia de Soria

La Laguna Negra, uno de los parajes más bellos de la provincia de Soria

Durante el pasado puente de diciembre, por fin he podido conocer un destino que tenía pendiente desde hace mucho tiempo. Te hablo de Soria, esa pequeña gran desconocida, situada en el este de Castilla y León, que las plumas de Bécquer, Machado y Gerardo Diego inmortalizaron para siempre. Han sido solo tres días que realmente me han sabido a poco pero suficientes para descubrir el gran atractivo de estas tierras vertebradas por el Duero. Quería conocer su encantadora capital, sumergirme en la historia recorriendo el yacimiento arqueológico de Numancia y, sobre todo, comprobar con mis propios ojos si cuanto había leído sobre la Laguna Negra era cierto.

Rumbo a la Laguna Negra

A medida que nos acercábamos a Soria, la carretera se difuminaba entre espesos bancos de niebla que, junto a las bajísimas temperaturas que marcaba el termómetro del coche, casi nos hacen desistir en el intento de subir a la laguna. Pero la ilusión y el espíritu aventurero ganaron la partida y enfilamos los 50 kilómetros que separan Soria capital y el Parque Natural Laguna Negra y Circos Glaciares del Urbión.

El trayecto desde Soria hasta la laguna es realmente bonito ya que atraviesa el pinar del monte Valonsadero y pasa al lado del embalse de la Cuerda del Pozo. Un mar de agua dulce rodeado de bosques y montañas también llamado embalse de la Muedra, en memoria del pueblo que quedó anegado por el pantano en 1941. Este embalse, el único que regula el río Duero en su cabecera, abastece de agua a la ciudad de Soria y en verano es uno de los lugares preferidos por los sorianos ya que se puede practicar todo tipo de deportes náuticos, pescar y además cuenta con una serie de playas como la famosa Playa Pita. Unos kilómetros más adelante, con la compañía de las vacas al borde de la carretera, se llega al pueblo de Vinuesa desde donde parte una pista forestal que desemboca en el aparcamiento de la Laguna Negra.

Plano del embalse de la Cuerda del Pozo. Soria

Embalse de la Cuerda del Pozo. Soria Vacas junto a la carretera. Soria

Cuando llegamos enseguida nos dimos cuenta que no éramos los únicos que habían decidido empezar el puente visitando la Laguna Negra. De hecho, el parking estaba hasta la bandera y nos tocó aparcar en un lateral de la carretera. Nada más bajar del coche empezamos a intuir el encanto del entorno. La frondosa vegetación de los pinos centenarios y hayas, los matices cromáticos, pequeños arroyos casi congelados y un manto de nieve cubriendo los laterales del camino. Una explosión de naturaleza en estado puro.

Aparcando en la Laguna Negra. Soria

Un arroyo entre la nieve. Laguna Negra. Soria

Para entrar en calor, tomamos un café con leche en la pequeña cabaña de madera que hay al inicio de la ruta. Allí nos informaron de la campaña de recogida de firmas que han puesto en marcha los hosteleros de Vinuesa para exigir que la limpieza de la nieve en los accesos a la Laguna Negra se mantenga durante todo el periodo invernal y no sólo en fechas señalas. Por supuesto, firmamos para contribuir a fomentar las visitas a uno de los parajes más hermosos de España que he visto hasta la fecha.

Justo enfrente de la cafetería está la parada del autobús público que recorre los 1.800 metros que hay desde el parking hasta la laguna. El precio de ida y vuelta es de 1,20 euros. ¿Lo cogimos? La respuesta es que sí. Pero no por vaguería sino por llegar antes. Cada vez iba llegando más gente -más de 400 personas según leímos en la prensa al día siguiente- y queríamos disfrutar de la laguna con toda la tranquilidad que fuera posible.

Cafetería de la Laguna Negra. Soria.

El autobús que sube hasta la Laguna Negra. Soria

Desde donde nos dejó el autobús hay poco menos de 300 metros hasta llegar a los pies de la laguna. Imagino que en primavera y verano este trayecto se debe cubrir en un pispás pero la nieve y las placas de hielo que cubrían el sendero, sobre todo en el último tramo, lo hacían prácticamente intransitable. Todos íbamos en fila india, agarrados a las barandillas y casi sin levantar la vista del suelo para evitar una mala caída.

Panel de información de la Laguna Negra. Soria

Ascendiendo por el sendero a la Laguna Negra. Soria

Ni que decir tiene que el pequeño esfuerzo valió la pena. La Laguna Negra, encajada a unos 2.000 metros de altura, entre paredes de oscura roca gris y farallones, es un lugar fascinante y mágico en el que el tiempo parece haberse detenido. Su poderosa grandeza enseguida me envolvió y un escalofrío de emoción recorrió todo mi cuerpo. Estaba helada, teñida de blanco, y todos los adjetivos que había oído de ella se quedaban cortos para expresar tanta belleza.

Laguna Negra. Soria

Vistas de la Laguna Negra. Soria

Hace unos dos millones de años, la Laguna Negra estaba dentro de un glaciar que se iniciaba en las proximidades del Pico Urbión y que descendía por el cinturón rocoso que la circunda hasta llegar al valle del Revinuesa. Los acantilados, al encontrarse más expuestos al sol, fueron sometidos a sucesivos hielos y deshielos que provocaron el desprendimiento de los grandes bloques de piedra que se ven sobre la laguna. Pero la Laguna Negra no es la única laguna glaciar de la sierra de Urbión. Hay dos más, la Larga y la Helada, que se encuentran a mayor altitud.

Pasarelas. Laguna Negra. Soria

Bordeando la laguna hay una serie de pasarelas de madera, salpicadas de miradores, en los que puedes perder la noción del tiempo haciendo fotos y disfrutando del juego de sombras y luces que se reflejan en sus heladas aguas. Nos hubiera gustado llegar al sendero que culmina en una de sus cascadas pero el espesor de la nieve -a mí me llegaba hasta las rodillas- nos lo impidió. Lo que sí pudimos hacer, con mucha cautela, fue llegar hasta la orilla para admirar este espectacular paraje natural desde otra perspectiva y, de paso, dar unos pasos sobre su superficie congelada.

La Laguna Negra helada. Soria

Siguiendo el consejo de los agentes medioambientales, la vuelta la hicimos por la senda del Arroyo de la Laguna ya que el camino estaba en mejores condiciones. Para volver al parking esta vez no cogimos el autobús. Ya no era necesario. Yo tenía mis fotos y la avalancha de personal que seguía llegando a la laguna ya no era un problema. Así que iniciamos el descenso con toda la calma del mundo, disfrutando de un paisaje agreste que guardaré en mi memoria toda la vida.

Iniciamos el descenso. Laguna Negra. Soria

Paisaje del Parque Natural Laguna Negra. Soria

Una de las muchas leyendas que envuelven a esta laguna cuenta que se llama Laguna Negra porque el lago no tiene fondo y de ahí su color oscuro, pero en realidad su nombre obedece al reflejo que provocan en sus aguas las enormes rocas que la cercan. Será cuestión de comprobarlo en primavera, porque volver, pienso volver.

Cómo llegar a la Laguna Negra desde Soria capital:

Desde Soria a la Laguna Negra hay 50 kilómetros. Tienes que coger la N-234 dirección Burgos hasta llegar a Cidones. Al final de este pueblo, hay que tomar el desvío a mano derecha dirección Vinuesa. Cerca de esta localidad ya verás los letreros que indican el camino hasta la Laguna Negra.

Un paseo otoñal por las playas de Barcelona

Un paseo otoñal por las playas de Barcelona

Tal vez porque parece ser que el frío ha decidido instalarse definitivamente en Madrid o por pura y dura morriña, hoy quiero hablarte de una de las cosas que más me gustaba hacer en Barcelona por estas fechas: pasear por sus playas. Los que me conocen saben que no soy muy aficionada a ir a la playa en verano y que no aguanto más de cinco minutos tumbada al sol. Soy más bien de las de un buen baño y al chiringuito a leer la prensa. En cambio, en otoño, la cosa cambia. Me encanta abrigarme y rendirme al placer de pasear por la arena, con los pantalones remangados, dejando que la brisa golpee mi cara y con la mejor banda sonora que puedo imaginar, el rumor de las olas. Un partido de voley-playa con los amigos y una buena paella frente al mar. ¿Quién dijo que las playas sólo son para el verano?

Una mañana de otoño en las playas de Barcelona

Viendo lo estupendo que luce en la actualidad el litoral de Barcelona, cuesta creer que durante mucho tiempo la ciudad viviera prácticamente de espaldas al mar. Y es que hasta la primera mitad del siglo XX, a excepción de la playa de la Barceloneta, buena parte de la costa era un enjambre de fábricas y guetos marginales con unos niveles de degradación considerables. El gran cambio llegó a raíz de los Juegos Olímpicos de 1992. La celebración de las Olimpiadas no sólo puso a Barcelona en el punto de mira internacional sino que supuso una reestructuración de todo su litoral que se completó con la últimas intervenciones realizadas con motivo del Fórum Universal de las Culturas de 2004. ¿El resultado? Una ciudad abierta al mar con casi cinco kilómetros de playas accesibles que nos que invitan a disfrutar del Mediterráneo durante todo el año.

Barcelona playa a playa

Barcelona cuenta con 10 playas muy bien comunicadas gracias al transporte público. A primera vista pueden parecer todas iguales, con su arena fina y dorada y sus aguas poco profundas, pero si me acompañas en este paseo pronto comprobarás que cada una de ellas tiene su propia personalidad, su ambiente y su público. Te propongo un trayecto de sol y playa, sí, pero también un recorrido por la historia de Barcelona y su relación con el mar.

Mapa de las playas de Barcelona

Si iniciamos este paseo por el sur, la primera playa que nos encontramos es la de Sant Sebastià, una de las más antiguas y tradicionales de la ciudad. Como curiosidad te diré que aquí se instalaron los primeros establecimientos de baño que se abrieron en Barcelona a mediados del siglo XX. Uno de los más populares eran los baños de San Sebastián ya que fueron los primeros en crear una zona de baño en la playa que podían frecuentar tanto hombres como mujeres. ¡Toda una revolución en aquellos tiempos!

Playa de Sant Sebastià. Barcelona

Hoy en día, la fisonomía de esta playa está marcada por la presencia del hotel W Barcelona que desde 2009 ya forma parte del skyline de la ciudad. A muchos les parece una atrocidad ya que atenta contra la ley de costas y a otros, en cambio, les encanta ver esta enorme vela ondeando estática sobre el cielo de Barcelona. Polémicas al margen, lo cierto es que desde las inmediaciones de este hotel se divisa una preciosa panorámica de la costa. Tip de viaje: hablando de vistas espectaculares, en el Passeig Joan de Borbó puedes coger el Teleférico del Puerto, un trasbordador aéreo que enlaza el puerto con el Mirador de Miramar, en la ladera de Montjuic.

Hotel W Barcelona

Panorámica del litoral barcelonés

Teleférico del Puerto. Barcelona

Tras rebasar los 420 metros de la playa de Sant Miquel, llamada así por la cercana iglesia de Sant Miquel del Port, llegamos a la playa de la Barceloneta, una de las más populares y animadas de Barcelona. Como está muy cerca del centro, aquí los turistas acuden en masa ya que está llena de chiringuitos y locales para tomar una copa. También cuenta con muchos equipamientos deportivos y de ocio como pistas de voley-playa y zonas de juegos infantiles, además de varias tiendas que alquilan equipos de surf y bicicletas.

Voley-playa en la playa de la Barceloneta. Barcelona

La playa de la Barceloneta toma su nombre del barrio más marinero de Barcelona ya que los pescadores fueron los primeros en establecerse en esta zona de la ciudad. Afortunadamente, la Barceloneta aún conserva ese aire de pueblo que siempre la ha caracterizado. Calles estrechas, fachadas ennegrecidas por el salitre, ropa tendida en los balcones…. Un barrio humilde, sí, pero, pero muy auténtico y atractivo, en el conviven comercios de toda la vida, viejas bodegas y bares, junto a algunos de los mejores restaurantes de la ciudad para comer pescado y marisco fresco. Dos tips gastronómicos: en el restaurante Can Solé, todo un clásico de Barcelona, preparan un delicioso arroz caldoso con bogavante. No es barato pero merece la pena (C/ Sant Carles, 4). Una opción mucho más económica la encontrarás en Can Paixano, una tasca muy conocida por su bocadillos y sus vinos espumosos a precios populares. Lo malo es que siempre está hasta la bandera (Carrer de la Reina Cristina, 7).

Playa de Somorrostro. Barcelona

Siguiendo rumbo hacia el norte, nos encontramos con la playa del Somorrostro. Hasta el 2010 este tramo del litoral formaba parte de la playa de la Barceloneta pero el ayuntamiento decidió, en un acto de memoria histórica, cambiarle el nombre para recordar que aquí hubo un barrio chabolista en el que malvivían miles de barceloneses. Entre ellos Carmen Amaya, la bailaora de flamenco más famosa de todos los tiempos. Este barrió fue derribado en 1966 coincidiendo con la visita de Franco a Barcelona para asistir a unas maniobras navales.

Por suerte, aquellos días ya han quedado para la posteridad y la imagen que nos ofrece es bien distinta. Una playa moderna y cosmopolita que se extiende a los pies del pez metálico diseñado por el arquitecto Frank Gehry. Tip de viaje: si quieres vivir una experiencia original y divertida, a pie de playa está el Icebar, un bar de hielo en el que podrás tomarte una copa a 5 grados bajo cero. ¿Más opciones? Los clubs Shoko y Sotavento.

Icebar. Playa de Somorrostro. Barcelona

Entre las playas de Somorostro y la Nova Icària está el Port Olímpic que se construyó para albergar las competiciones de vela de los Juegos Olímpicos del 92. Desde entonces, se ha convertido en una de las zonas de ocio más populares de la ciudad tanto de día como de noche gracias a su variada oferta de restaurantes y a su animada vida nocturna. Aquí están  los dos rascacielos más altos de Cataluña, el Hotel Arts y la Torre Mapfre.

El Hotel Arts, laTorre Mapfre y el pez dorado de Frank O. Gehry. Barcelona

Puerto Olímpico. Barcelona

Pasado el Port Olímpic, llegamos a la playa de la Nova Icària que se creó a raíz de la urbanización de la Vila Olímpica. Al igual que la Barceloneta, es una de las más frecuentadas del litoral de Barcelona tanto por los turistas como por los locales. Es el mejor lugar para ver y ser visto y una de las playas mejor equipadas: punto de información, consigna, duchas y lavabos públicos adaptados, equipamientos deportivos, zonas de juego para los más pequeños…. Tip gastronómico: justo encima de la playa, en el paseo, está El Chiringuito Las Sardinitas de Moncho’s, un local al que suelo acudir siempre que puedo para comerme una paella frente al mar. Si te dejas caer por allí, pide una ración de calamares. Están buenísimos.

Playa de la Nova Icària. Barcelona

Paella del Chiringuito Las Sardinitas de Moncho's. Barcelona

La playa del Bogatell también es fruto del legado olímpico que impulsó la apertura de la ciudad al mar. Su público es mayoritariamente gente joven y deportista que accede a esta playa en bici para correr, jugar al ping-pong o al voley-playa. Prácticamente encontraremos el mismo ambiente en la siguiente playa, la Mar Bella, donde también acude mucha gente para hacer deporte, estudiantes de las facultades cercanas y los vecinos del barrio del Poblenou. Cuenta con una base náutica que organiza salidas en crucero, kayak y catamarán por el litoral de la ciudad y con un complejo deportivo. Tip de viaje: si te gusta practicar el nudismo, hay una zona protegida por una pequeña colina cerca del espigón de Bac de Roda que también frecuenta el público gay.

Playa del Bogatell. Barcelona

Playa Mar Bella. Barcelona

Las dos siguientes playas, Nova Mar Bella y Llevant, son las que están más alejadas del centro y por tanto las más tranquilas y familiares de toda la costa. Dos buenas elecciones para los que buscan un momento de relax frente al mar sin aglomeraciones. La playa de Llevant está justo al lado del Fórum que cuenta con su propia zona de baños. Una playa artificial de agua salada a mar abierto con tumbonas de piedra y zona de juegos infantiles, marcada por la presencia escultórica de la placa fotovoltaica del Fórum. Tip de viaje: en la Nova Mar Bella hay un parking gratuito para dejar el coche.

Niños jugando en la playa de Llevant. Barcelona

Y hasta aquí este recorrido por las playas de Barcelona. Un litoral que forma parte del día a día de la ciudad durante todo el año y que espero haberte animado a conocer en tu próxima visita a Barcelona.

Cómo llegar a las playas de Barcelona

Aunque hay muchas líneas de autobuses que llegan hasta la Vila Olímpica, la forma más rápida para llegar a las playas es el metro, en concreto, la línea 4 pasa muy cerca de las playas.

Brujas, la niña bonita de Flandes

Brujas, la niña bonita de Flandes

Se ha escrito tanto sobre Brujas que se hace realmente complicado hablar de esta pequeña joya flamenca sin caer en los tópicos. La Venecia del Norte, una ciudad de cuento, un destino romántico, un indispensable de la vieja Europa… Para mí, Brujas es la niña bonita de Flandes. Una señorita presumida y coqueta a la que, por cierto, el paso de los años le sienta divinamente.

Lo pude comprobar cuando volví a visitarla el mes pasado en compañía de mi experto en Flandes, el fotoperiodista Rafa Pérez. Igual que la primera vez, Brujas me transmitió una sensación de absoluta perfección, como si alguien la hubiera diseñado sobre el papel dejando que los avatares de la historia hicieran el resto. Los canales, sus callejuelas adoquinadas, los edificios medievales, sus puentes…

La torre de Nuestra Señora desde el puente de San Juan Nepomuceno. Brujas

Si quieres conocer uno de los destinos más populares de Bélgica, acompáñame en este viaje. No solo voy a enseñarte mis rincones preferidos, también habrá tiempo para hablar de leyendas, cerveza, patatas fritas y, cómo no, chocolate.

Brujas de plaza en plaza

La Plaza Mayor. El mejor lugar para empezar a recorrer el centro histórico de Brujas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es la Plaza Mayor (Markt). Estamos en el corazón de la ciudad, una gran espacio abierto dominado por el Campanario, en el que destacan, además, las coloridas casas de los gremios y hermosos edificios como el Palacio Provincial que en la actualidad acoge el Historium, un nuevo museo que nos permite viajar en el tiempo hasta la Brujas medieval. Casi en el centro de la plaza se erige la estatua de Jan Breydel y Pieter De Coninck, dos héroes populares que en 1302 desarrollaron un papel fundamental en la defensa de la ciudad frente a la invasión francesa.

La Plaza Mayor. Brujas Estatuas de Jan Breydel y Pieter De Coninck en el Markt. Brujas

Si quieres disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad, puedes subir a la torre del Campanario (Belfort). El esfuerzo es considerable ya que hay nada menos que 336 escalones pero según cuentan vale la pena porque las panorámicas que desde allí se divisan son fantásticas. El Belfort es una de las tres torres que perfilan el cielo de Brujas y que te ayudarán a orientarte entre el irregular trazado de calles y puentes de la ciudad. Las otras dos corresponden a la iglesia de Nuestra Señora -donde se encuentra la famosa escultura de Miguel Ángel La Virgen con el Niño-  y a la Catedral de San Salvador.

La Plaza Burg. Si desde el Campanario tomamos la calle Breidelstraat, enseguida llegaremos a la Plaza Burg. Esta plaza es en mi opinión una de las más bonitas de la ciudad ya que nos ofrece una preciosa combinación de estilos arquitectónicos. El gótico del Ayuntamiento -uno de los más antiguos de los Países Bajos-, el edificio renacentista de la Antigua Escribanía, el barroco del Palacio Episcopal… La perfección de la que te hablaba al principio.

Plaza Burg. Brujas

Proosdij (Palacio Episcopal) Plaza Burg. Brujas

A la derecha del Ayuntamiento está la Basílica de la Santa Sangre. Es aquí donde se guarda y se venera la reliquia de la Santa Sangre que según la tradición contiene la sangre de Cristo. Seas creyente o no, la verdad es que impresiona ver cómo al finalizar la misa los devotos hacen cola para subir al pequeño altar y acercarse a la reliquia. En silencio. Frente a la atenta mirada de la persona encargada de su custodia.

Basílica de la Santa Sangre. Brujas

Devotos de la reliquia de la Santa Sangre. Brujas

Plaza de los Curtidores y Plaza Jan van Eyck. Reconozco que estas dos plazas son mi debilidad. La primera porque es un lugar fantástico para hacer un alto en el camino y disfrutar del animado ambiente de sus terrazas  y del desfile continuo de personas que la cruzan de una esquina a otra.

Pintor en la Plaza de los Curtidores. Brujas

La Plaza Jan van Eyck, por su parte, fue el centro de la actividad económica durante el periodo borgoñón ya que aquí estaba el puerto de Brujas. Buena parte de su encanto se debe a que está rodeada de históricos edificios que nos trasladan a aquella época como la Antigua Aduana o la Casa de los Estibadores. En el centro se alza la estatua del pintor flamenco Jan van Eyck que da nombre a esta plaza. Si quieres admirar uno de sus cuadros más famosos, la Virgen del Canónigo Van der Paele, solo tienes que acercarte al Museo Groeninge que recoge distintas obras maestras de la pintura flamenca y en especial de la escuela de los primitivos flamencos (Dijver, 12).

Plaza Jan van Eyck. Brujas

En la esquina entre la Jan van Eyckplein y la Academiestraat está la Casa Poortersloge, la Logia de los Burgueses. Si te fijas en la fachada verás la estatua de un oso. Y es que según cuenta la leyenda, cuando Balduino «Brazo de Hierro», primer Conde de Flandes, llegó a Brujas se las tuvo que ver con un gran oso blanco. Tras una violenta lucha, consiguió acabar con él y para que su gran hazaña no cayera en el olvido declaró al animal símbolo de la ciudad.

El famoso oso en la fachada de la Casa Poortersloge. Brujas

¡Chsss! Entramos en el Beguinaje…

En medio del ajetreo de turistas, los coches de caballos y las bicicletas, hay un oasis de paz y tranquilidad esperándote. Es el Beguinaje Ten Wijngaarde, un recogido jardín alrededor del cual se alinean las casas que antaño dieron cobijo a las beguinas. Hoy en día, algunas de sus casas están habitadas por una comunidad de monjas benedictinas. Como verás en las imágenes, el beaterio nos recibió con lluvia. ¿Un inconveniente? Más bien una suerte porque siempre recordaré este momento como uno de los más mágicos vividos en Brujas. El sonido del agua repiqueteando en los adoquines, el olor a hierba fresca, la luz que se filtraba por las ramas de los árboles, la soledad… Si vas a visitarlo, ten en cuenta que la puerta de entrada cierra, sin excepciones, a las 18.30h.

Begijnhof Ten Wijngaarde. Brujas.

Monja benedictina saliendo de misa. Beaterio de Brujas

Si salimos del beaterio por la parte posterior, llegaremos al que está considerado por aclamación popular el lugar más romántico de Brujas, el Minnewater. Conocido como el “Lago del Amor”, en el medievo era un embarcadero en el que atracaban los navíos que aseguraban el transporte regular de mercancías entre Brujas y Gante. Hoy es un bonito enclave poblado de cisnes que linda con el parque Minnewater.

Minnewater. Brujas

¿Por qué hay cisnes en los canales de Brujas? Otra leyenda tiene la respuesta. Tras la muerte de María de Borgoña, Maximiliano de Austria trató de imponer un nuevo impuesto a la ciudad y el pueblo, en represalia, ejecutó a uno de sus consejeros, Pieter Lanchals, cuyo apellido en neerlandés significa «cuello largo». A partir de ese momento, Maximiliano ordenó que la ciudad mantuviera los cisnes de sus canales y lagos hasta la eternidad. Curiosa venganza, ¿no?

Cisnes en el Minnewater. Brujas

Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai)

Del lugar más romántico de Brujas pasamos ahora al más fotografiado, el Muelle del Rosario. No es más que un recodo del Dijver, uno los principales canales de la ciudad, pero la estampa que nos ofrece, con el Belfort al fondo, es Brujas en estado puro. Fotografiarlo es una delicia. Tanto de día, cuando lo bañan los rayos de sol, como antes de anochecer, bajo la tenue luz artificial que tiñe todo el conjunto.

El Muelle del Rosario, la imagen más fotografiada de Brujas

El Muelle del Rosario. Brujas

El Muelle del Rosario en la hora azul. Brujas

Un paseo por los canales

Muy cerca del Muelle del Rosario está uno de los cinco embarcaderos de Brujas que ofrecen paseos en barca por los canales desde marzo hasta noviembre. Lo más probable es que vayas súper apretado porque en tu barca no cabrá ni un alfiler pero no pienses que es una turistada más. Durante los 40 minutos que dura la travesía, redescubrirás la ciudad desde una perspectiva diferente y recorrerás los lugares más hermosos de Brujas. Tu cámara, como la mía, echará humo.

Paseo en barca. Brujas

Canal Groenerei. Brujas

Brujas desde otra perspectiva

El momento más dulce

No te resistas, es inútil. En Brujas hay más de 50 boutiques de chocolate y las encontrarás a cada paso. No sé si sucumbirás ante los típicos «brugsche swaentjes» o te decantarás por las innovadoras creaciones que elaboran sus maestros chocolateros pero, créeme, caerás en la tentación. Para no resultar empalagosa, te dejo solo dos pistas. La primera, el Choco-Story, el Museo del Chocolate. Un dulce recorrido por la historia del cacao y el chocolate desde los mayas hasta la actualidad (Wijnzakstraat, 2). La segunda, Sukerbuyc, un clásico en la ciudad. Mirar sus escaparates y empezar a salivar es todo uno. Chocolates, mazapanes, bombones… Por si te sabe a poco, en la acera de enfrente tienen un salón de té inglés, De Proeverie, en el que puedes probar otra una de sus especialidades, el chocolate caliente (Katelijnestraat, 5). Y, recuerda, cualquier momento es bueno para tomarte un gofre.

Brujas es la capital del chocolate

Mejllones al vapor y mucho más

Viendo la gran cantidad de estrellas Michelín que atesoran sus restaurantes, no es de extrañar que Brujas se esté convirtiendo en el nuevo centro gastronómico de Europa. Aquí podrás disfrutar de los platos más típicos de la cocina flamenca entre los que destacan el waterzoi, un guiso caldoso de verdura y pollo o pescado, las carbonades a la flamenca y, cómo no, los clásicos mejillones al vapor. Nosotros los probamos en el Restaurante Huyze die Maene (Markt, 17) y te puedo asegurar que estaban deliciosos.

Mejillones al vapor. Restaurante Huyze die Maene. Brujas

¿Y qué decir de sus famosas patatas fritas? Son las mejores que he probado nunca. Según me contó el simpatiquísimo dueño de Casa Patata (Rozenhoedkaai, 6), su secreto está en freírlas dos veces. La primera a fuego lento para que queden tiernas y la segunda bien fuerte para que crujan. Para conocer a fondo la historia de una de las comidas más populares de Bélgica, puedes visitar el Frietmuseum (Museo de la Patata Frita). Lo encontrarás en el nº 33 de la calle Vlamingstraat.

Casa Patata. Brujas

Si leíste mi anterior reportaje sobre Lovaina, ya sabrás que Bélgica tiene la mayor variedad de cervezas del mundo. Una de las más populares de Brujas es la Brugse Zot, una cerveza de alta fermentación a base de malta, lúpulo y una levadura especial que se elabora en la cervecería De Halve Maan, la más antigua de la ciudad (Walplein, 26). Otra cerveza muy apreciada por los brujenses es la Bourgogne des Flandres de la cervecería del mismo nombre (Kartuizerinnenstraat, 6).

Y hasta aquí este recorrido por la pequeña Brujas. Me he dejado muchas cosas en el tintero pero ha sido a propósito. Prefiero que seas tú quien descubra si es una ciudad tan mágica como dicen. Tal vez no encuentres tu cuento de hadas pero seguro que alguna historia te traerás a la vuelta.

Nota: Como ya hice en mi anterior reportaje sobre Lovaina, además de a los organizadores de este viaje (Turismo de Bélgica: Flandes y Bruselas en España, Visit Flanders, Turismo de Lovaina y Turismo de Brujas), quiero darle las gracias una vez más a Rafa Pérez por acompañarme en esta aventura flamenca.

Información práctica sobre Brujas

Cómo llegar a Bélgica

Hay 5 compañías aéreas que conectan España con Bélgica: BrusselsAirlines, Iberia, Air Europa, Ryanar y Vueling. Todas vuelan al aeropuerto de Bruselas, excepto Ryanair que vuela al aeropuerto de Charleroi (a 60 km de la capital).

Cómo ir del aeropuerto de Bruselas a Brujas

La mejor opción es el tren. Lo puedes coger en el mismo aeropuerto en la planta -1 de la terminal de llegadas. El trayecto hasta Brujas dura aproximadamente 1h. 25 min. y cuesta 19,60€ (suplemento Diabolo incluido). Ten en cuenta que el tren no es directo por lo que deberás hacer trasbordo en la estación de Bruselas Nord. Puedes consultar los horarios y comprar tus billetes con antelación en la web de los ferrocarriles belgas.

Llegar al centro de Brujas y oficinas de turismo

Desde la estación de tren hasta el centro de Brujas hay unos 15 minutos caminando. Si prefieres coger el autobús, la parada está a la salida de la estación. Hay muchas líneas que te llevarán al casco histórico. En Brujas hay 3 oficinas de turismo. Una en la misma estación de tren, otra en el Markt (Historium) y la tercera en el Concertgebouw ( ‘t Zand, 34).

Brugge City Card

Si quieres conocer Brujas a fondo, te sugiero que compres la Brugge City Card, una tarjeta turística con la que podrás entrar de forma gratuita en 26 museos, visitar los principales monumentos de Brujas y dar un paseo en barca por los canales, entre otras ventajas. Hay dos versiones, la de 48h y la de 72h. Puedes comprarla a través de su web o en las oficinas de turismo. 

Dónde dormir en Brujas

Brujas cuenta con una importante red de alojamientos que se adaptan a todo tipo de viajeros: hoteles, bed and breakfast, hostales, residencias vacacionales…  Nosotros nos alojamos en el Martin’s Brugge, un 3 estrellas muy correcto con Wi-Fi gratuita. Lo mejor es que está situado en pleno centro, a unos 100 metros de la Plaza Mayor.