Tras mi escapada a tierras sorianas, he podido comprobar que el eslogan «Soria: Ni te la imaginas» es totalmente cierto. He vuelto sorprendida por su diversidad paisajística, por su rico patrimonio histórico y por la gastronomía de una región que injustamente todavía hoy sigue siendo una gran desconocida para muchos viajeros. Es por ello que después de mostrarte el increíble paraje de la Laguna Negra quiero invitarte a un viaje en el tiempo que se inicia hace algo más de 2.000 años y que hoy podemos revivir en el yacimiento arqueológico de Numancia.
Este yacimiento, símbolo de la resistencia y valentía de un pueblo frente a la poderosa Roma, está situado a 7 km. de Soria capital, en lo alto del Cerro de la Muela, que se eleva sobre la llanura en las inmediaciones de la población de Garray. Aunque puede visitarse por libre, siguiendo los paneles que encontrarás durante el recorrido, mi consejo es que realices una visita guiada porque si no, te dejarás por el camino muchos aspectos, anécdotas y curiosidades de la historia de Numancia (4€).
Antes de empezar el itinerario por los restos de la ciudad celtíbera, en el centro de recepción de visitantes podrás ver un documental de siete minutos de duración en el que el Duero, en primera persona, te dará una visión global de lo acontecido en estas tierras.
Una historia que merece ser contada
Numancia fue fundada a principios del siglo II a.C. por los arévacos, la tribu más poderosa de los celtíberos, según relata el historiador romano Apiano. Esta ciudad encabezó la resistencia contra Roma a lo largo de 20 años, dos décadas de luchas y enfrentamientos en los que la historia se convirtió en leyenda. Y es que Numancia era una plaza vital por su estratégica ubicación. Situada en las confluencias del río Duero con el Tera y el Merdancho, era el nexo de comunicación entre el valle del Ebro y el valle del Duero.
El primer cónsul que fracasó en su intento de conquistar Numancia fue Nobilior en el año 153 a.C. De nada le sirvió el gran ejército ni los diez elefantes que trajo consigo de África. Según cuentan las crónicas, los numantinos lograron alcanzar con una piedra la cabeza de uno de esos elefantes que, enfurecido, contagió a los demás y se volvieron contra las tropas romanas. 6.000 romanos murieron en esta batalla el 23 de agosto, día consagrado a Vulcano. A partir de entonces, Roma declaró este día como «nefasto» de manera que ningún general romano volvió a librar una batalla en esa fecha.
En los años siguientes, los numantinos vencieron sucesivamente a los generales que Roma fue enviando. A su favor tenían su armamento ligero, su estrategia de guerrilla, con movimientos rápidos y por sorpresa de ataque y huida, y un terreno que dificultaba la movilidad del ejército romano acostumbrado al combate en formación. Por no hablar de que ellos sí estaban acostumbrados al frío invierno soriano. De hecho, con el inicio de las guerras celtibéricas, Roma decidió adelantar el comienzo de su año oficial de marzo a enero, de modo que los cónsules que se nombraran cada año para luchar en Hispania tuvieran tiempo suficiente para llegar e iniciar las campañas en primavera. Este cambio de fechas fijó el inicio de nuestro año actual. Curioso, ¿verdad?
Desgraciadamente, la suerte de los numantinos cambió en el 134 a.C. A estas alturas, Roma no podía permitir que una simple ciudad celtíbera pusiera en jaque el prestigio de sus tropas y por ello envío a Numancia a su general más famoso, Publio Cornelio Escipión. Éste, en vez de iniciar un ataque directo contra la ciudad, lo que hizo fue aislarla con un férreo cerco, formado por siete campamentos, levantados en los cerros que rodean Numancia y unidos por un sólido muro de 9 km de perímetro. Ahora solo era cuestión de esperar.
Durante los once meses que duró el asedio, los numantinos trataron en varias ocasiones de plantarle cara al invasor pero sin éxito. Estaban sitiados, sin alimentos ni ganado, y la población se moría de hambre. Ante la inminente derrota, algunos guerreros numantinos lucharon entre ellos para morir en batalla como todo buen guerrero, otros optaron por suicidarse. Finalmente, la ciudad cayó por inanición en el verano del 133 a.C. Numancia fue arrasada, su territorio se repartió entre los indígenas que habían ayudado a Escipión y los pocos supervivientes fueron vendidos como esclavos. Pese a este trágico final, la actitud heroica de los numantinos nunca cayó en el olvido y fueron los propios romanos quienes a través de sus crónicas dieron a esta hazaña una dimensión universal. Ahora ya sabes por qué una de las definiciones del adjetivo numantino según la RAE es «que resiste con tenacidad hasta el límite, a menudo en condiciones precarias».
Recorrido por el recinto arqueológico
Para visitar el recinto arqueológico, contratamos una visita guiada. Antonio, nuestro guía, nos relató con todo lujo de detalles la historia de Numancia con tanta pasión que consiguió trasladarnos a aquellos tiempos. Además, hay que reconocer que lo tienen muy bien preparado porque a cada uno de nosotros nos dieron un receptor para escucharle sin problemas aunque nos alejásemos.
Así fuimos descubriendo cómo, tras la conquista romana, los nuevos pobladores de Numancia empezaron a construir sobre la antigua ciudad dando como resultado lo que podemos ver hoy en día: la superposición de dos ciudades, la celtíbera y la romana. Su trazado no varió mucho respecto al de la anterior ciudad celtíbera cuyas calles estaban diseñadas de manera que pudiesen cortar el viento norte.
Para hacer más ilustrativa y didáctica la visita, se han reconstruido dos viviendas que nos permiten entender los cambios que se produjeron de una etapa a otra.
La casa celtibérica y la casa romana
Las viviendas celtibéricas, construidas con piedra, madera y adobe y techadas con una cubierta de paja, eran de planta rectangular y se dividían en tres estancias: una delantera destinada a labores artesanales -con una trampilla en el suelo para bajar a la bodega-, una habitación central donde comían y dormían, y otra trasera destinada a despensa. En cuanto a la comida, los celtíberos se alimentaban principalmente a base de cereales, frutos secos y legumbres, y bebían caelia, una cerveza hecha con trigo fermentado que, según narran las crónicas, era de «sabor áspero y calor embriagador». ¿Una curiosidad? Hoy en día puedes probar una Caelia, una cerveza artesanal, sin conservantes ni colorantes, que se fabrica en Soria tomando el testigo de los pobladores de Numancia.
Las casas romanas, por su parte, eran más grandes que las celtibéricas y estaban hechas de piedra. A través de un patio abierto, se accedía a un pequeño vestíbulo que daba paso a la cocina y a las habitaciones. La última estancia estaba destinada a granero y almacén de útiles agrícolas y comunicaba con un pequeño corral exterior para los animales.
La muralla celtibérica, los aljibes y el barrio sur
Justo al lado de la casa celtibérica, se ha reconstruido un tramo de la potente muralla celtibérica que rodeaba la ciudad. Desde lo alto se puede contemplar una buena panorámica de los cerros donde estaban los campamentos romanos -hoy señalizados con postes blancos- y de todo el conjunto del yacimiento arqueológico. Durante el recorrido, también se pueden observar pequeños baños, varios aljibes donde almacenaban el agua, y lo que se ha podido recuperar del llamado barrio sur. En esta zona del cerro, la más protegida de los vientos fríos del norte, es donde la clase dirigente romana construyó sus viviendas. Como se puede apreciar en los ruinas que quedan, muchas tenían un patio delantero rectangular con un pórtico de columnas.
Y hasta aquí este viaje en el tiempo que te proponía al principio de este reportaje. Un periplo cargado de heroicidades, de vencedores y vencidos, que puedes revivir si te animas a visitar el yacimiento arqueológico de Numancia.
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Tarifas de entrada: Básica: 0,60€. Reducida: 0,30€ (grupos, previa solicitud). Entrada gratuita sábados y domingos. Visita guiada: 4€
Horario: Octubre – Marzo: de 10 a 14 y de 16 a 18h. Abril – Septiembre: de 10 a 14 y de 16 a 20h. Domingos y festivos: de 10 a 14h. Lunes cerrado, excepto festivos y vísperas de festivos.
Dirección: Ctra. Nacional 111 (a 7 Km. de Soria). Garray.
Me ha gustado mucho! Espero poder visitarlo yo en persona este fin de semana. Gracias por las recomendaciones de tus post, me vienen genial 😀 un saludito!
Me alegra saber que te han resultado útiles, Arantxa. ¡Disfruta mucho de Soria! Un saludo 🙂
El trabajo y la tesis nos tienen desbordados, pero hoy hemos tenido un hueco para bloguear y nos ha encantado encontrarnos con esta joyita de post. Llevamos años queriendo ir a Numancia, de hecho en la carrera estuvimos a punto, y este post ha confirmado lo que ya habíamos oído por ahí: que la visita tiene que ser una pasada. En cuanto apañemos un par de días nos pasaremos por allí! ^^
Seguro que a vosotros os encanta visitar el yacimiento arqueológico de Numancia, a mí me sorprendió muchísimo. Un saludo 🙂
Lo del receptor es una pasada, así da gusto realizar la visita. Al final nos damos cuenta que tenemos en España muchas provincias que desconocemos absolutamente todas las maravillas que ofrecen, pero bueno poco a poco vamos descubriendo este tipo de rincones, ya sea in situ o a través de estas estupendas entradas.
Saludotes y felices fiestas!
Gracias, José Carlos. Tienes toda la razón, a veces nos obcecamos con ir al fin del mundo y nos olvidamos de las maravillas que tenemos en España. Un saludo y felices fiestas!
Nosotros cuando estuvimos no nos dieron ningún receptor para no perdernos detalle de la visita… Hubiera estado bien porque yo a veces me quedaba rezagada haciendo fotos y me perdía parte de la explicación 🙁
Igual todavía no los tenían. A mí me vino de fábula porque siempre me quedaba atrás para hacer fotos. Ya tenéis una excusa para volver, ¿no? Un saludo
¡Qué interesante! Un lugar al que sin duda tendremos que ir 🙂
La verdad es que merece mucho la pena. Un saludo!
¡Buen trabajo! Soria hay que vivirla de cerca, gracias. Un saludo!
Gracias a ti por pasarte por mi rincón viajero. Un saludo!
¡Qué pasada de lugar! Me encantaría verlo en persona y por supuesto pienso que un buen guía hace de estas visitas algo inolvidable!!! Un saludo
Es que sin guía la verdad es que no tiene mucho sentido visitar un yacimiento arqueológico porque te dejas mucha información por el camino. Para mí lo interesante de este tipo de visitas es la historia que hay detrás. Un saludo y gracias por pasarte por aquí, Fran.
Wow! Da gusto saber que el trabajo duro de un guía tiene sus frutos en visitantes que se llevan la semilla del espíritu numantino. Seguro que Antonio vuestro guía y arqueólogo estará orgulloso de semejante post. Yo la habré visitado como 20 veces y siempre hay algo nuevo por descubrir. Un saludejo
Muchísimas gracias, Sandra. Recibir comentarios como el tuyo siempre es un placer. Un saludo!
Tengo un montón de grandes yacimientos pendientes de conocer (en casa del herrero ya se sabe) y Numancia es uno de ellos. Muy buena entrada, mientras voy y no, he hecho un buen recorrido por el yacimiento con esta entrada. Felices fiestas!!
Suele pasar Calíope. Espero que empieces pronto a conocerlos. A mí me gusta muchísimo la arqueología y en Numancia disfruté como una niña. Gracias por pasarte por aquí y felices fiestas 🙂
Preciosa Numancia. Últimamente estoy leyendo bastantes cosas sobre Castilla León y va a haber que hacerse más de una escapada. Soria sorprendiéndonos, que vaya historia la de Numancia… No la conocía 🙂
Un abrazo, Alícia. Espero que nos encontremos en Fitur!
Soria a mí me ha sorprendido muchísimo y tengo ganas de seguir explorando las provincias de Castilla y León que aún no conozco. Y sí, Eva, yo también espero que nos encontremos en Fitur y darte un abrazo real. Saludos!
¡Estupenda entrada!
¡Me haría yo una cerveza de esas Caelia! Se ve que yo me perdí esa parte de la explicación cuando estuve por allí porque no me enteré, jejeje
Un saludote
¡Gracias, Helena! Durante la visita nos explicaron lo de la caelia celtibérica pero luego en los bares de Soria nos enteramos del resto 😉 Un abrazo
Muy interesante e informativo!!! Gracias por dar la idea para una próxima escapada 😉
Un placer. Me parece genial que os guste mi propuesta. Soria tiene muchísimo que ver y la visita al yacimiento de Numancia es muy recomendable. Un saludo
No me cae excesivamente lejos de casa, así que quizás para una escapada de fin de semana sea un plan perfecto!!! Saludos
Me alegra que te haya gustado. La verdad es que la visita al yacimiento arqueológico de Numancia realmente vale la pena. Es muy interesante. Gracias por pasarte por aquí y dejarme tu comentario. Saludos!